lunes, 13 de abril de 2015


 ¿Qué significa que Dios es amor?

Primero veamos cómo la Biblia, La Palabra de Dios, describe “el amor” y después veremos algunos ejemplos que se aplican a Dios. “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no es indecoroso, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser.” (1 Corintios 13:4-8)

Esta es la descripción que Dios hace del amor. Así es como es Dios, y los cristianos tienen que hacer de éste su meta (aunque siempre en proceso). La más grande expresión del amor de Dios nos es comunicada en Juan 3:16 y Romanos 5:8 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” Podemos ver por estos versos que el deseo más grande de Dios es que nos unamos con Él en Su hogar eterno, el cielo. Él hizo posible este camino, pagando el precio por nuestros pecados. Él nos ama, porque así lo decidió como un acto de Su voluntad. “Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama toda mi compasión.” (Oseas 11:8). El amor perdona. “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1 Juan 1:9)

El amor (Dios) no se impone a nadie. Aquellos que vienen a Él lo hacen en respuesta del llamamiento de Su amor. El amor (Dios) muestra bondad hacia todos. El amor (Jesús) prodigó el bien a todos, sin parcialidad. El amor (Jesús) nunca codició lo que otros tenían, viviendo una vida humilde sin quejarse. El amor (Jesús) nunca se jactó de quién era en la carne, aunque Él podía dominar fácilmente a cualquiera que entrara en contacto con Él. El amor (Dios) no demanda obediencia. Dios no demandaba obediencia de Su Hijo, sino más bien, Jesús obedecía gustosamente a Su Padre celestial. “Mas para que el mundo conozca que amo al Padre y como el Padre me mandó, así hago.” (Juan 14:31). El amor (Jesús) estuvo y está siempre viendo por los intereses de otros.

Esta breve descripción del amor, revela una vida sin egoísmo, en contraste con la vida egoísta del hombre natural. Asombrosamente, Dios ha otorgado a aquellos que reciben a Su Hijo Jesucristo como su Salvador personal del pecado, la habilidad de amar como Él lo hace, a través del poder del Espíritu Santo (ver Juan 1:12; 1 Juan 3:1, 23, 24). ¡Qué privilegio y desafío tenemos!

 ¿Qué dice la Biblia acerca de la fe?

Hebreos 11:1 nos dice que la fe es "la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve." Tal vez ningún otro componente de la vida cristiana es más importante que la fe. No la podemos comprar, ni vender, ni tampoco dársela a nuestros amigos. Pues, ¿Qué es la fe? y ¿Qué papel juega la fe en la vida cristiana? El diccionario define la fe como "la creencia en, devoción a, o confianza en alguien o algo, especialmente sin prueba lógica.” También define la fe como "la creencia en y devoción a Dios". La Biblia tiene mucho más que decir sobre la fe y lo importante que es. De hecho, es tan importante que sin fe no tenemos ningún lugar con Dios, y es imposible agradarlo (Hebreos 11:6). La fe es la creencia en el Dios único y verdadero, sin verlo en realidad.

¿De dónde proviene la fe? La fe no es algo que conjuramos por nuestra cuenta, ni es algo de nacimiento, tampoco es un resultado de la diligencia en estudiar o buscar lo espiritual. Efesios 2:8-9 hace claro que la fe es un don de Dios, no porque lo merecemos, lo hemos ganado, o somos dignos de tenerlo. No es de nosotros mismos; es de Dios. No se obtiene por nuestro poder o nuestro libre albedrío. Simplemente es dada a nosotros por Dios, junto con su gracia y misericordia, según su santo plan y propósito, y por eso, él recibe toda la gloria.

¿Por qué tener fe? Dios diseñó una forma de distinguir entre aquellos que le pertenecen a él y quienes no, y esto se llama la fe. Muy sencillamente, necesitamos fe para complacer a Dios. Dios nos dice que le agrada que creamos en él, aunque no lo podemos ver. Una parte clave de Hebreos 11:6 nos dice que "es galardonador de los que le buscan". Esto no quiere decir que tenemos fe en Dios sólo para obtener algo de él. Sin embargo, Dios quiere bendecir a aquellos que son obedientes y fieles. Vemos un ejemplo perfecto de esto en Lucas 7:50. Jesucristo dialoga con una mujer pecadora cuando él nos da una idea de por qué la fe es tan gratificante. "Tu fe te ha salvado; ve en paz". La mujer creyó en Jesucristo por la fe y él la recompensó por ello. Finalmente, la fe es lo que nos sostiene hasta el final, sabiendo por la fe que estaremos en el cielo con Dios por toda la eternidad. "Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto; y aunque no lo ven ahora, creen en él y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso, pues [obtienen] la meta de su fe, que es su salvación" (1 Pedro 1:8-9).

Ejemplos de fe. Hebreos capítulo 11 es conocido como "el capítulo de la fe" porque en él se describen grandes actos de fe. Por la fe Abel ofreció un sacrificio agradable a Dios (v. 4); por la fe Noé preparó el Arca en una época cuando la lluvia era desconocida (v. 7); por la fe Abraham salió de su casa y obedeció el mandato de Dios de ir sin saber a dónde, luego voluntariamente ofreció a su único hijo (vv. 8-10, 17); por la fe Moisés condujo a los hijos de Israel fuera de Egipto (vv. 23-29); por la fe Rahab recibió a los espías de Israel y salvó su vida (v. 31). Muchos héroes de la fe se mencionan "los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros" (vv. 33-34). Claramente, la existencia de la fe se demuestra por la acción.

La fe es la piedra angular del cristianismo. Sin demostrar fe y confianza en Dios no tenemos lugar con él. Creemos en la existencia de Dios por la fe. La mayoría de las personas tiene un concepto vago, inconexo de quién es Dios pero falta la reverencia necesaria para su posición exaltada en sus vidas. Estas personas carecen de la verdadera fe necesaria para tener una relación eterna con el Dios que les ama. La fe nos puede fallar a veces, pero porque es el regalo de Dios, dado a sus hijos, él provee tiempos de prueba y dificultad para demostrar que nuestra fe es real y para afilar y fortalecerla. Esto es por qué Santiago nos dice tenerlo por "sumo gozo" porque la prueba de nuestra fe produce perseverancia y nos madura, aportando la evidencia que nuestra fe es real (Santiago 1:2-4).

 ¿Cómo deben los cristianos defender su fe en un mundo tan anticristiano?

Como cristianos, las dos cosas que podemos hacer para luchar por Cristo son vivir de acuerdo a Su Palabra y crecer en nuestro propio conocimiento de Él. Cristo dijo: "Así alumbre vuestra luz delante de los hombres..." (Mateo 5:16). Esto significa que debemos vivir y actuar de una manera compatible con el Evangelio. También debemos armarnos con conocimientos, tanto del Evangelio (Efesios 6:10-17) como del mundo que nos rodea. 1 Pedro 3:15 dice, "…santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros." Todo lo que podemos hacer es vivir y enseñar como lo haría Cristo y dejar que Él se ocupe del resto.

Los críticos del cristianismo se han vuelto más vocales recientemente. Esto es en parte porque hay mucha gente que no cree en Dios o no entiende la verdad sobre Él en absoluto. Sin embargo el aparente incremento de anti-cristianos es también debido a la percepción. Como con muchos temas, quienes verdaderamente desprecian el Cristianismo son los más ruidosos y vocales de los no creyentes. La gran mayoría de aquellos que no creen, no les importa lo suficiente como para molestar a los creyentes. Los pocos incrédulos enojados, vocales, y amargos hacen suficiente ruido como para parecer más numerosos de lo que son.

El insulto típico de la multitud no religiosa es referirse a los creyentes como "ignorantes", "estúpidos", "cerebros lavados", o de lo contrario sugieren que quienes tienen fe son menos inteligentes que quienes no la tienen. Cuando un cristiano defiende inteligentemente su fe, los términos cambian a "intolerantes", "extremistas", o "fanáticos". Cuando personas que saben que el creyente es amable y cariñoso oyen esto, el ateo empieza a parecer el tonto que él o ella es (Salmo 53:1). La mayoría de los no creyentes no tienen razón personal para ver a los cristianos negativamente, pero a veces escuchan tanto de los anti-cristianos ruidosos que asumen es así. Necesitan ejemplos de vidas semejantes a Cristo para ver la verdad.

Por supuesto, cuando alguien que dice ser un cristiano dice o hace algo que no es típico de un verdadero cristiano, la ruidosa multitud enfadada está ahí para identificarlo como un hipócrita religioso típico. Esto es algo que hemos sido avisados a esperar (Romanos 1:28-30; Mateo 5:11). La mejor cosa que hacer es citar un pasaje de la Biblia que habla contra lo que hizo la persona. Y recordar a los ateos que sólo porque una persona dice que es cristiano, y aunque él piensa que él es un cristiano, eso no significa que en verdad es un cristiano. Mateo 7:16, 20 nos dice que los cristianos verdaderos serán conocidos por sus hechos, no sólo por su profesión. Y recordar a los críticos que absolutamente nadie vive sin pecar en absoluto (Romanos 3:23).

Una cosa importante a recordar es que nadie, no importa lo persuasivo que sea, puede obligar a alguien a creer lo que él no quiere creer. No importa cuál sea la evidencia, no importa cuál sea el argumento, la gente creerá lo que quiere creer (Lucas 12:54-56). La convicción no es el trabajo de un cristiano. El Espíritu Santo redarguye a personas (Juan 14:16-17), y ellos eligen creer o no. Lo que podemos hacer es presentarnos de una manera que es tan semejante a Cristo como sea posible. Es triste que haya muchos ateos que han leído la Biblia entera buscando munición contra los cristianos, y hay muchos cristianos que apenas hayan leído la Biblia en absoluto.

Es difícil para la multitud enfadada acusar a un cristiano de ser un fanático odioso y cruel, cuando esa persona demuestra una vida de bondad, humildad y compasión. Cuando un cristiano puede discutir, debatir o refutar argumentos seculares con precisión, ya no encaja la etiqueta de "ignorante". Un cristiano que ha leído los argumentos seculares y cortésmente puede exponer sus defectos, ayuda a desinflar los estereotipos avanzados por ateos. El conocimiento es el arma, y es invencible cuando dejamos a Cristo dirigirnos en cómo usarla.

viernes, 20 de febrero de 2015


¿Cuál es la diferencia entre misericordia y gracia?

La misericordia y la gracia son confundidas con frecuencia. Mientras que los términos tienen significados similares, la gracia y la misericordia no son lo mismo. Para sintetizar la diferencia vemos que, misericordia es que Dios no nos castigue como lo merecen nuestros pecados, y gracia es que Dios nos bendiga a pesar de que no lo merezcamos. La misericordia es la liberación del juicio. La gracia es la bondad que se extiende a quienes no la merecen.

De acuerdo a la Biblia, todos hemos pecado (Eclesiastés 7:20Romanos 3:23 1 Juan 1:8). Como resultado de ese pecado, todos merecemos la muerte (Romanos 6:23) y la condenación eterna en el lago de fuego (Apocalipsis 20:12-15). Considerando eso, cada día que vivimos es un acto de la misericordia de Dios. Si Dios nos diera lo que merecemos, todos estaríamos, ahora mismo, condenados por una eternidad. En Salmo 51:1-2, David clama, “Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad y límpiame de mi pecado.” Una súplica a Dios por misericordia es pedirle que detenga el juicio que merecemos, y en vez de ello nos conceda el perdón que de ninguna manera nos hemos ganado.

No merecemos nada de Dios. Dios no nos debe nada. Todo el bien que experimentamos, es el resultado de la gracia de Dios (Efesios 2:5). La gracia es simplemente un favor inmerecido. Dios nos da cosas buenas que no merecemos y que nunca podríamos ganar. Rescatados del juicio por la misericordia de Dios, la gracia es cualquier cosa y todo lo que recibimos más allá de esa misericordia (Romanos 3:24). La gracia común se refiere a la gracia soberana que Dios otorga a toda la humanidad, independientemente de su condición espiritual ante Él, mientras que la gracia salvadora es esa dispensación especial de gracia, por la que Dios extiende soberanamente la inmerecida asistencia divina sobre Sus elegidos para su regeneración y santificación.

La misericordia y la gracia son mejor ilustradas en la salvación que está disponible a través de Jesucristo. Merecemos el juicio, pero si recibimos a Jesucristo como Salvador, recibimos misericordia de Dios, y somos librados del juicio. En lugar del juicio, recibimos por gracia la salvación, el perdón de los pecados, una vida abundante (Juan 10:10) y una eternidad en el cielo, el lugar más maravilloso imaginable (Apocalipsis 21-22). Por la misericordia y la gracia de Dios, nuestra respuesta debe ser caer de rodillas en adoración y agradecimiento.Hebreos 4:16 declara, “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”

¿Qué es la apostasía y cómo puedo reconocerla?

Apostasía, viene de la palabra griega apostasía que significa "un desafío a un sistema o autoridad establecida; una rebelión; un abandono o incumplimiento de la fe." En el mundo del primer siglo, la apostasía era un término técnico para una deserción o revuelta política. Y al igual que en el primer siglo, la apostasía amenaza hoy al cuerpo de Cristo.

La Biblia nos advierte sobre gente como Arrio (c. 250-336 d.C.), un presbítero cristiano de Alejandría, Egipto, quien fue ensañado en Antioquia a principios del siglo cuarto. Cerca del 318 d.C., Arrio acusó al obispo Alexander de Alejandría de suscribirse al sabelianismo, una falsa enseñanza que afirmaba que el Padre, Hijo y Espíritu Santo, eran simplemente papeles o roles asumidos por Dios en ocasiones diferentes. Arrio estaba determinado a enfatizar la unidad de Dios, sin embargo, fue demasiado lejos en su enseñanza sobre la naturaleza de Dios. Arrio negaba la Trinidad e introdujo lo que parecía ser en la superficie una diferencia inconsecuente entre el Padre y el Hijo.

Arrio sostenía que Jesús no erahomoousios(de la misma esencia) que el Padre, sino que más bien erahomoiousios(de esencia similar). Solo una letra griega – laiota(i) – separaba a las dos. Arrio describió su posición de esta manera: "El Padre existía antes que el Hijo. Hubo un tiempo cuando el Hijo no existía. Por tanto, el Hijo fue creado por el Padre. Por lo que, aunque el Hijo era la más excelsa de todas las criaturas, él no era de la esencia de Dios."

Arrio fue muy astuto, e hizo su mejor esfuerzo para tener a la gente de su lado, aún yendo tan lejos como para componer pequeñas canciones que enseñaban su teología, la cual trató de enseñar a todos los que lo escuchaban. Su naturaleza agradable y su posición venerada como predicador, y que vivía en abnegación, también contribuyeron a su causa.

Con respecto a la apostasía, es crítico que todos los cristianos entiendan dos cosas importantes: (1) cómo reconocer la apostasía y a los maestros apóstatas, y (2) por qué la enseñanza apóstata es tan mortal.

Formas de Apostasía

Para identificar y combatir plenamente la apostasía, es importante que los cristianos conozcan sus formas variadas y los rasgos que caracterizan a sus maestros y doctrinas. En cuanto a las formas de apostasía, hay dos tipos principales: (1) de un alejamiento de las doctrinas y verdades fundamentales de la Biblia, a enseñanzas heréticas que proclaman ser "la verdadera" doctrina cristiana, y (2) una renuncia total a la fe cristiana, lo que resulta en el abandono total de Cristo.

Arrio representa la primera forma de apostasía - una negación de las verdades fundamentales del cristianismo (como la divinidad de Jesucristo) que comenzó su descenso cuesta abajo, hasta la total separación de la fe, que es la segunda forma de apostasía. Es importante entender que la segunda forma casi siempre comienza con la primera. Una creencia herética, se convierte en una enseñanza herética que se subdivide, y crece hasta contaminar todos los aspectos de la fe de la persona, y entonces se logra el objetivo final de Satanás, que es un alejamiento completo del cristianismo.

Un ejemplo reciente de este proceso, es un estudio hecho en el 2010 por el ateo prominente Daniel Dennett y Linda LaScola llamado "Predicadores que no son creyentes." La obra de Dannett y LaScola, habla sobre cinco predicadores diferentes, que con el tiempo les fueron presentados enseñanzas heréticas sobre el cristianismo las cuales aceptaron, y ahora se han alejado totalmente de la fe y son panteístas o ateos clandestinos. Una de las verdades más inquietantes que se destaca en el estudio es que estos predicadores mantienen su posición como pastores de iglesias cristianas, con sus congregaciones ignorantes del verdadero estado espiritual de su líder.

Los peligros de la apostasía fueron advertidos en el libro de Judas, el cual sirve como un manual para entender las características de los apóstatas como los mencionados en el estudio de Dannett y LaScola. Las palabras de Judas, resultan tan relevantes para nosotros hoy, como lo fueron cuando las escribió en el primer siglo, por lo cual es importante que las leamos cuidadosamente y las comprendamos.

Las características de la apostasía y los apóstatas

Judas era el medio hermano de Jesús, y un líder de la iglesia primitiva. En su carta en el Nuevo Testamento, describe la forma de reconocer la apostasía e insta encarecidamente a aquellos en el cuerpo de Cristo a que contiendan ardientemente por la fe (v. 3). La palabra griega traducida como"contender ardientemente"es un verbo compuesto del que obtenemos la palabra "agonizar." Está en su forma presente infinitivo, que significa que la lucha debe ser continua. En otras palabras, Judas nos dice que habrá una lucha constante contra la falsa doctrina, y que los cristianos debemos tomarlo tan en serio, que "agonicemos" en la lucha en la que estamos comprometidos. Es más, Judas deja en claro que cada cristiano es llamado a esta batalla, no solo los líderes de la iglesia, así que es crucial que todos los creyentes afinen sus habilidades de discernimiento, para poder reconocer y prevenir la apostasía en su medio.

Después de urgir a sus lectores a contender ardientemente por la fe, Judas señala la razón:"Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo."(v.4). Solo en este versículo, Judas les proporciona a los cristianos, tres rasgos de la apostasía y de los maestros apóstatas.

Primero, Judas dice que la apostasía puede ser sutil. Judas usa la palabra "encubiertamente" (que no se encuentra en ningún otro libro de la Biblia) para describir la entrada del apóstata en la iglesia. En el griego extra-bíblico, el término griego describe la picardía astuta de un abogado que, a través de la argumentación inteligente, se infiltra en las mentes de los funcionarios de la sala de audiencias y corrompe su pensamiento. La palabra literalmente significa "a escondidas, con secreto, con dolo, fraudulentamente." En otras palabras, Judas dice que es raro que la apostasía comience de una manera abierta y fácilmente detectable. En vez de ello, se parece mucho a la predicación de Arrio, en la cual de manera aparentemente despreocupada, solo una letra distingue su doctrina de la verdadera enseñanza de la fe cristiana.

Describiendo este aspecto de la apostasía y su peligro subyacente, A.W. Tozer escribió, "Tan hábil es el error en su imitación de la verdad, que los dos constantemente se han confundido el uno con el otro. Se requiere tener agudeza visual en estos días, para saber cuál hermano es Caín y cual es Abel." El apóstol Pablo también habla del comportamiento en apariencia agradable de los apóstatas y su enseñanza cuando dice,"Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz."(2 Corintios 11:13-14). En otras palabras, no esperen que los apóstatas tengan la apariencia exterior de maldad, o digan palabras dramáticas de herejía al comienzo de su enseñanza. En lugar de negar la verdad por completo, los apóstatas la retorcerán para ajustarla a su propio concepto, pero como el pastor R. C. Lensky ha señalado, "Las peores formas de la maldad, consisten en perversiones de la verdad."

Segundo, Judas describe a los apóstatas como "impíos," y como aquellos que usan la gracia de Dios como licencia para cometer actos de libertinaje. Comenzando con "impíos," Judas describe dieciocho rasgos poco halagadores de los apóstatas, para que sus lectores puedan identificarlos más fácilmente. Judas dice que los apóstatas son impíos (v. 4), moralmente pervertidos (v. 4), que niegan a Cristo (v. 4), quienes mancillan la carne (v. 8), rebeldes (v.8), gente que injuria a los ángeles (v. 8), que son ignorantes acerca de Dios (v. 8), quienes proclaman falsas visiones (v. 10), auto-destructivos (v. 10), querellosos (v. 16), murmuradores (v. 16), auto-complacientes (v. 16), burladores de Dios (v. 18), gente que usa palabras arrogantes y adulaciones falsas (v.16), quienes causan divisiones (v. 19), sensuales (v.19), y finalmente (y no es de sorprenderse), que no tienen al Espíritu/no salvos (v. 19).

Tercero, Judas dice que los apóstatas"niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo."¿Cómo hacen esto los apóstatas? Pablo nos lo dice en su carta a Tito,"Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas. Profesan conocer a Dios,pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra."(Tito 1:15-16énfasis añadido). A través de su comportamiento, los apóstatas muestran su identidad verdadera. A diferencia de un apóstata, el verdadero creyente es alguien que ha sido librado del pecado por su justificación en Cristo. Junto con Pablo, preguntan a los apóstatas que promueven la conducta licenciosa,"¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?"(Romanos 6:1-2).

Pero las falsas enseñanzas de los apóstatas, también muestran su naturaleza verdadera. Pedro dice,"Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina."(2 Pedro 2:1). Otro aspecto de los creyentes verdaderos, es que ellos han sido librados de la oscuridad espiritual y llevados a la luz (Efesios 5:8) y por tanto, no negarán las verdades fundamentales de la Escritura como lo hizo Arrio con la divinidad de Jesús.

Por último, la señal de un apóstata es que se aparta eventualmente y se aleja de la verdad de la Palabra de Dios y Su justicia. El apóstol Juan señala ésta, como la marca de un creyente falso:"Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros."(1 Juan 2:19).

Las ideas tienen consecuencias

Es evidente que Dios toma seriamente la apostasía y la falsa enseñanza, por el hecho de que cada libro del Nuevo Testamento, a excepción del libro de Filemón, contiene advertencias acerca de la falsa enseñanza. ¿Por qué es esto así? Simplemente porque las ideas tienen consecuencias. El pensamiento correcto y su fruto, producen bondad, mientras que el pensamiento incorrecto y su acción consecuente resultan en penas indeseadas. Como ejemplo, los campos de matanza de Camboya en la década de los 1970’s fueron el producto de una cosmovisión nihilista de Jean Paul Sartre y su enseñanza. El líder Pol Pot de los khmer rojos, vivió la filosofía de Sartre hacia el pueblo de una manera clara y aterradora, que se articuló de esta manera: "Mantenerte no es de beneficio. Destruirte, no es una pérdida."

La gran tragedia es que, consciente o inconscientemente, la enseñanza apóstata condena a sus seguidores ingenuos. Uno de los versículos más aterradores de toda la Escritura procede de los labios de Jesús. Hablando a sus discípulos acerca de los líderes religiosos de sus días, dijo,"Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego,ambos caerán en el hoyo."(Mateo 15:14, énfasis añadido). Este versículo es alarmante porque Jesús afirma que no solo los falsos maestros van a la destrucción, sino que sus discípulos también los seguirán. El filósofo cristiano Soren Kierkegaard lo puso de esta manera: "Porque hasta ahora, jamás se ha sabido de un tonto que cuando se desvía, no se lleva a otros con él."

Conclusión

En el 325 d.C. el Concilio de Nicea, se convocó principalmente para tratar el asunto de Arrio y sus enseñanzas. Para gran consternación de Arrio, el resultado final fue su excomunión y una declaración en el Credo de Nicea, que afirma la divinidad de Jesucristo. "Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre."

Arrio pudo haber muerto hace siglos, pero sus hijos espirituales aún están con nosotros en este día en la forma de cultos como los Testigos de Jehová, y otros que niegan la esencia verdadera y persona de Jesucristo. Lamentablemente, hasta que Cristo regrese y sea eliminado todo enemigo espiritual, cizaña como esta, estará presente entre el trigo (Mateo 13:24-30). De hecho, la Escritura dice que la apostasía solo empeorará mientras se acerca el regreso de Cristo."Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán."(Mateo 24:10). Pablo también hace eco de las palabras de Jesús en sus escritos inspirados. El apóstol dijo a los tesalonicenses que una gran apostasía precedería a la segunda venida de Cristo (2 Tesalonicenses 2:3), y que el fin de los tiempos se caracterizaría por tribulación y huecos charlatanes religiosos:"También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres... que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita."

Es crucial, ahora más que nunca, que cada creyente ore por discernimiento, combata la apostasía, y contienda ardientemente por la fe, que ha sido una vez y para siempre entregada a los santos.